A veces, a través de las diversas técnicas que ofrece el arte fotográfico, es posible utilizar la mirada del autor del modo adecuado para que el espectador se encuentre , sin saberlo, al otro lado de la realidad. Es lo que ocurre cuando el espectador se adentra en estas fotografías.
De este modo ciudades y paisajes, se convierten en lugares pasados por el tamiz de los sueños, el autor sueña que es posible un mundo diferente y como fotógrafo aprovecha una técnica, nueva o no, creada para la ciencia, entonces nos entrega una visión diferente sobre la que es posible soñar un futuro mejor.
¿Quién no ha soñado con un mundo mejor apoyándose en las nuevas tecnologías? Tal vez una de las razones por las que este trabajo de Carlos Fernández resulta tan atractivo, sea porque transforma nuestra cotidianidad y le da un toque de ciencia-ficción al uso tecnológico.
El espectador siente la tentación de pensar que la técnica permitirá llegar al arte sin tener que sufrir, que no es necesario pegarse una vida entera a la naturaleza para descubrir sus misterios, que se puede mirar la ciudad o el campo a través de una cámara mágica que transforme su naturaleza en árboles rojos de pasión sobre cielos verde-agua, pero sólo es una ilusión.
Carlos Fernández nos puede mostrar estos lugares de ensueño porque quiere acercarlos, con toda su alma, a la naturaleza que tanto ha fotografiado y utiliza la película infrarroja como un medio más a su alcance.
Margarita González
Fotógrafa y Licenciada en Bellas Artes.